Es profunda y grata la amistad que te ofrezco, aprendo con ella al conocerte y me consigo, de las críticas y el desprecio, no lidiar para tus emociones apoyar.
Me abrigo de buen humor y optimismo, para llenar tus esencias de quimeras y aceptar de tus defectos las virtudes, pues me resultas especial.
Sé del pesar a cuestas que genera la cotidianidad entramada de la vida, que hace espinoso compensar la armonía, por la rutina y el hastío del día a día.
Aceptemos los desafíos y empecemos gratificando nuestras almas andantes, fijemos prominente la alegría aupándonos de estabilidad y satisfacciones.
Desafiemos al hastío de vivir en desarmonía, démonos libre el tiempo para intimar y creceremos equilibrados y afectivos en estos intercambios tuyos y míos.