«Orgullo de ser campesinos» (Conversación inédita a una entrañable amiga)

Ayer en la tarde, cuando ideaba escribir algo para homenajear en el #DíaDelCampesino, a los campesinos cubanos, una entrañable amiga me habló con un sentimiento tremendo sobre su raíz campesina:

85083204“Creo que mi raíz campesina está tan cerca de mí que no quiero que muera, porque sería como dejar morir a mi gente, esa familia de la cual vivo orgullosa…”. Ella nació en Ceballos, un pequeño poblado de la provincia Ciego de Ávila en #Cuba, y me relató:

“… A los 6 meses mis abuelos para ayudar a mi mamá me llevaron con ellos. Y ahí me crie con caldo de malangas y pollo, y algunas gallinas jíbaras que mi abuelo cazaba porque se huían siempre. Te estoy hablando –me decía– y tengo frente a mí toda la finca…”.

“… Eran once hermanos por parte de mis abuelos. La tierra era propiedad de mi bisabuelo que vino de Canarias. Y así crío a sus hijos. Eran más hembras que varones, puedo mencionarlas todas con hijos y nietos porque fuimos una familia Unida…”

“… Vivíamos en una especie de batey, pero con casas muy bien armaditas. Sólo una era de tejas, el resto de guano, piso de cemento muy pulido eso sí, pintadas de blanco recuerdo. Había cinco casas, las de tres tíos y una tía y la de mi tío Pepe que en aquel tiempo vivió sólo, nunca se casó y duró 104 años. Todavía quedan tres vivas, una más de 100 años de edad, las otras más de 90…”8691729

“… Fui a una escuela rural que pertenecía a “El Azufre” en el municipio Majagua, muy cerca de los potreros donde se encontraron Maceo y Gómez, donde se consolidó la Unidad del Ejército Libertador, un 29 y 30 de Noviembre de 1895. Antes no se conocía toda la Historia pero sabíamos que en aquella zona habían vivido los hijos del cacique Jaragueyal. Era una zona de Cuevas. A veces cerca del Naranjal mi abuelo me decía que cuidado habías furnias.”

“… Mi escuelita se llamaba “Héroes del Moncada” y maestro Marto Rodríguez. Mi tío Pepe lo había enseñado a leer y después estudió y se hizo maestro, una profesión muy digna entre tantos guajiros sin estudios: él era un Dios. Tengo muchos recuerdos de Marto. Pensaba que era yo de niña quien lo veía especial; cuando crecí supe que estaba dirigiendo el semi-internado “Lázaro López” y allí estuvo muchos años, en 2006 -si mal no recuerdo- fui a allí en una actividad un día del historiador, y el me sintió hablar dar una opinión sobre la enseñanza de la Historia y fui directo a mí y me dijo tú no puedes ser otra que la nieta de Santiago, y nos abrazamos largo rato, después de 27 años…”

“…Marto, en medio de aquel monte educó a Primitivo, a mi prima Gladis y a mí y nos inculcó tan profunda la historia de la Patria; nos hizo sentir tanto orgullo de ser campesinos (…) recuerdo que me daba unos libritos ya en tercero (grado) que se titulaban ‘Vida política de mi Patria’, por el conocí a Varela en tercer grado, apenas tenía siete para ocho años…»

865984“…Mi abuelo fue fundador de la ANAP; desde los primeros años se incorporó, y mi abuela a la FMC, ellos me llevaban a las reuniones de la base campesina donde muchos campesinos eran azucareros, o sea, sembraban caña para el central “Ciro Redondo” en Ciego de Ávila, porque colindaba aquel lugar entre Majagua y Ciro Redondo, eran dos municipios distintos…”.

“…Mis primeras lecturas además de las mías de niña eran de las revistas de la ANAP y la FMC porque yo les leía a abuelo y abuela. Fui criada con mucha libertad, una que dieron mis abuelos y otra que me dio el conocimiento, no había luz eléctrica, abuela y yo desgranábamos el maíz para las gallinas por las noches con un farol chino…”.

“…Al otro día yo amanecía con Radio Rebelde y su programa campesino, abuelo se levantaba -ahora mismo es como si lo estuviera viendo en su taburete de ordeñar-, abuela venía con el café, se sentaba sobre él, y lo tomaban en una taza grande, abuelo le dejaba a abuela el fondo, luego le daba una nalgadas de cariño y se iba a al ordeño de las vacas…”.

“…Teníamos a Paloma, a Canela y una novilla que se llamaba Maravillas, se murió pasmada de un pinchazo casi a punto de parir, recuerdo mi llanto por Maravilla, ahí fue que aprendí a querer a los animales; y otra vez que abuelo le pegó al caballo, esa vez lo desafié con mis escasos siete años, estaba almorzando y hasta una espina de pescado se me atragantó, mi abuelo se asustó y eso salvo al caballo, porque yo salí a pelear con abuelo y aquello lo dejo paralizado…”.

“…No había hombre que se le enfrentara a mi abuelo ni a los pulsos, era bruto, la verdad, difícil de carácter y a la misma vez muy noble, bondadoso. Mi abuelo era tierno además, su mirada a mi abuela, a mí, era un hombre romántico, escuchaba el programa Nocturno de la radio: le gustaba mucho Globos Rojos y Anduriña, y me hacía cantar esa canciones y bailarle con Perét el gitano; pero su canción favorita era “La vida sigue igual…”.

“…Yo siempre tendré mucho que decir de lo que entendí de esa época y de quien soy, gracias a haber sido una niña campesina. Los fines de semana recuerdo los Guateques, la gente se veía, se reunía en noches de lunas, siempre íbamos a casa de un amigo de abuelo -Mario-, y yo jugaba con niñas de mi edad más grandecitas -Barbarita y Amelia-…”.239979a414044aa1c1580a77f59f7f4d

“…Yo no olvido nada, lo estoy viviendo cuando recuerdo. Las mañanas por el caminito a la escuela a ambos lados, viendo el romerillo, una flor pequeñita y amarillita que las abejas liban para hacer miel, en diciembre las campanillas blancas y más trasparente -la mejor miel-, era de esa época cuando mi tío primitivo castraba la colmena –valiente-, era con humo que lo hacia…”.

Que sano orgullo sentí luego de aquella conversación, cuanto aprecio sus valores morales y sociales y esa manera de no desdeñar sus orígenes. Cuanto admiro que siga siendo patriota, donde quiera que esté.

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